Vuelve la figura de fallecido actor, director y dramaturgo Fernando Urdiales, esta vez con motivo de una exposición que le dedica el fotógrafo Luis Laforga. Durante casi 20 años trabajaron codo a codo en la promoción de los espectáculos de Teatro Corsario.
Por YAIZA GUAD
Al hombre que luchó a brazo partido por su tierra y sus gentes; al actor que tenía dos nacionalidades; al dramaturgo que no quiso tentar suerte en los foros madrileños y que se reunía, a veces de madrugada, con Calderón, le rinde ahora su particular homenaje Luis Laforga. En blanco y negro, como le gustaba a Fernando Urdiales y como prefiere el fotógrafo.
Toda una simbología: economía de recursos, eficacia escénica, singular estética…
Desde Amar después de la muerte, grabado en el festival de Almagro de 1993, hasta El caballero de Olmedo, la exposición muestra instantáneas de una docena de espectáculos, levantados con celoso afán por una manada de lobos de mar.
En las paredes de la sala de exposiciones recorreremos muchas otras capillas de su vida, además del teatro: amigos, rincones idóneos para retirarse a reflexionar, escenarios imposibles para ejercer la medicina, lugares de copas y actos públicos en los que convivió ese ser introvertido que llevaba dentro, tan curioso y preocupado por el mensaje y su estética.
A punto de cumplirse dos años de su muerte, el próximo 12 de diciembre, podemos ver hasta el funeral imaginado de Fernando Urdiales en el objetivo del fotógrafo. Laforga siempre concibió el sepelio del maestro como él mismo lo presentaba en el tenebroso entierro del montaje de Celama. “La acidez disolvente, el efecto que sorprende, la escena que conmueve, la palabra que emociona, la atmósfera que seduce y enajena hasta el embeleso del espectador”, en palabras de Agustín García Simón.
Fernando Urdiales. Puro Teatro.
A los retratos, ensayos y otros ambientes que descubrimos en esta manifestación artística, hay que sumar un montaje fotográfico de gran tamaño, y a color, una de las excepciones. En él, vemos a diferentes actores distribuidos por la platea y los palcos vigilados desde arriba por Urdiales como si se tratase de “un controlador aéreo” que, como recuerda Luis Laforga, “siempre estaba pendiente de todo y de todos, tanto de los compañeros como del resto de necesidades” que precisa el complejo rompecabezas que es un montaje.
Exposición: ‘Fernando Urdiales. Puro Teatro’. Fotografías de Luis Laforga.
Sala de Exposiciones de Caja España-Duero.
Plaza de Madrid. Valladolid.
Hasta el 5 de diciembre.