Molimo suena en Londres

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MOLIMO
Chefa Alonso:
saxo soprano, percusión menuda.
Barbara Meyer:
cello.
Cova Villegas:
voz.

Por ELOÍSA OTERO

El trío de improvisadoras que forman la clarinetista y percusionista gallega Chefa Alonso, la violonchelista y luthier alemana Barbara Meyer, y la cantante astur-leonesa Cova Villegas, ofrece este sábado 17 de noviembre el primero de sus cuatro conciertos programados en la capital británica.

Concretamente, el concierto de este sábado día 17 tendrá lugar en el Lewisham Arthouse, a las 20.30 horas. El domingo día 18 actuarán en Vortex; el lunes día 19 en The Boat-Ting y el miércoles día 21 en Flim Flam Ryans (ver el programa en la galería).

Según explican, el Molimo, canción de la selva, es «una música que cantan los bambuti en sus rituales. En ocasiones, se confunde con el sonido de los grillos, las ranas y las aves nocturnas; su sonido se funde con el del bosque. Es libre y misterioso, viene de lejos. Viaja por la selva, aparece y desaparece, sin dejarse nunca aprisionar».

Este trío de improvisadoras define su música como «un viaje sin miedo para crear texturas asimétricas y sugerentes», en un discurso «sincero, risueño e inquieto». Es así como entretejen «delicados hilos y construyen madejas de vivos colores, donde no se escatima la aspereza, el contraste, la dulzura, la fuerza, la melancolía, la poesía». En resumen: «Tres voces alerta explorando, navegando con independencia, reivindicando nuevos caminos y territorios».

Las tres improvisadoras han colaborado anteriormente en diversos proyectos multidisciplinares que incluían música, poesía, imagen, danza y artes plásticas, como el octeto En Crudo o el sexteto Sin Red. Tienen una amplia experiencia en el jazz y la música improvisada y han actuado, en distintas formaciones, en festivales de toda Europa.

Así es como las describre el poeta leonés Víctor M. Díez, que colabora con ellas en distintos proyectos de música e improvisación, como por ejemplo en el grupo Sin Red: «Cuando escucho Molimo, oigo un viento susurrante y un tricotar que viene de antiguo. Ellas me llevan a un bosque bajo el mar, donde la respiración es dulce y las ortigas besan. Molimo es yegua, es ola, es abalorio. Huellas de pies descalzos en la arena. Todo en ellas dice sol y sin embargo, Molimo es el frescor bajo la parra, el claro de luna reverberante, la ardora del mar, voces lejanas en el calor de la noche… Improvisad, improvisad, mis tres nunca tristes cigarras nocturnas».

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