El fotógrafo leonés JM López continúa con su serie especial para TAM TAM PRESS desde Somalia, a donde se ha desplazado recientemente para retratar las dificultades que vive el país africano.
Por JM LÓPEZ/AFP
(Texto & Fotografías)
Los desplazados internos son personas que han sido forzadas a dejar su hogar pero que se mantienen dentro de las fronteras de su país. A diferencia de los refugiados, éstos permanecen bajo la protección de su gobierno, aún en los casos en que es el propio gobierno el causante de su huida. Al no tener la categoría de refugiados tampoco reciben la misma protección internacional y ayuda, convirtiéndose en uno de los grupos de personas más vulnerables del mundo.
En Somalia los IDP (Internally Displaced Person) son legión, imposible tener cifras fiables debido a que el número y ubicación de los campos espontáneos de desplazados cambia frecuentemente, pero se estima que sobrepasan el millón de personas en todo el país. Como resultado, la planificación, negociación y aplicación de operaciones de socorro es cada vez más difícil, a veces imposible.
En Mogadiscio se pueden encontrar por todas partes formando parte habitual del paisaje. Miles de chozas construidas con ramas de los árboles y plásticos se hacinan entre los restos de esta destartala ciudad castigada por la guerra. Tienen sus propios nombres, como si de un barrio más se tratara, y la vida fluye por ellos con aparente normalidad, hay pequeñas tiendas, comercios y un panadero los recorre todos los días vendiendo su mercancía.
En Sayidka vive Ralia Abderraman, una mujer de 45 años que huyó de Walowein hace 3 años. Es madre de 16 hijos, 6 de ellos ya fallecidos, y ahora vuelve a estar embarazada. Dentro de su choza cuida de su hijo pequeño que tiene una dolencia en el estómago sin saber decir exactamente lo que es.
Otros han preferido ocupar los edificios destruidos próximos a la rotonda del Km Cero, como comúnmente se conoce a esta zona, en pleno centro de la ciudad. Aquí varias familias comparten techo, lo único que queda del inmueble.
Los restos de la catedral católica también sirven de refugio para unos pocos. Construida por los italianos en 1928 fue una joya de la arquitectura de la ciudad y en ella fue asesinado el último obispo de Mogadiscio mientras decía misa durante la insurgencia armada en 1989.
- Un rayo de esperanza en Somalia, el país de las tinieblas (I).
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