
Por CAMINO SAYAGO
‘PAPILLONS. La palabra no dicha’ es el título de la exposición que este sábado 5 de septiembre inaugura el Centro Leonés de Arte. Una muestra que recuerda la dura situación que padecieron las mujeres republicanas en las cárceles franquistas. La realización ha corrido a cargo de la segoviana Lidia Martínez Merino y la leonesa Eugenia Navajo ha diseñado la escenografía. La presentación será a las 12:00 horas en el patio del CLA.
Papillons, del francés mariposas, alude a una frase del psiquiatra y militar Antonio Vallejo Nájera, Jefe de los Servicios Psiquiátricos del Ejército y director del Gabinete de Investigaciones Psicológicas de la Inspección de Campos de concentración. “A la mujer se le atrofia la inteligencia como las alas a las mariposas de la isla de Karguelen, ya que su misión en el mundo no es la de luchar en la vida sino acunar la descendencia de quien tiene que luchar por ella”.
Vallejo-Nájera estudió en Berlín en los años 20 y en plena guerra civil española experimentó con republicanas presas en las cárceles, muy influenciado por las teorías eugenésicas.
‘PAPILLONS. La palabra no dicha. Mujeres prisioneras republicanas’ llega al CLA tras un periplo por Francia. Primero en la Universidad de Albi, en la localidad del mismo nombre, al suroeste del país y a unos 150 kilómetros de Toulouse, la ciudad medieval de los Cátaros, dónde se encuentra el Museo dedicado al pintor Toulouse Lautrec. Tras la inauguración viajó a la Universidad de Jean Jaurès con motivo de un simposio internacional sobre los éxodos. Y de ahí al espacio Diversitè, también en Toulouse. Su cuarta parada, antes de recalar en la capital leonesa, ha sido en La Alhóndiga de Zamora, donde padeció el confinamiento. “Llama la atención que haya apoyado este proyecto un ayuntamiento y dos universidades francesas, sobre todo porque este asunto es un fragmento de la historia de nuestro país. Una historia que parece olvidada y que tanto sufrimiento causó a las mujeres encarceladas durante la dictadura”, explica Eugenia Navajo.

Simbolismo
En las cárceles franquistas fueron torturadas y fusiladas y sufrieron de una forma atroz, no sólo por ellas. También por su entorno cercano y sobre todo por sus hijos; muchos de ellos murieron en las prisiones en las que estrangularon todos sus anhelos de libertad y emancipación. “Yo no me imaginaba que las mujeres estuvieran presas, que hubieran matado a los niños. Me quedé helada y de saber, más adelanté que nos han criado en el engaño para protegernos”.
Ellas sufrieron una represión ideológica y de género y ahora esta exposición repleta de simbolismo quiere recordarlas a la vez que mostrar una parte de nuestra historia velada y plagada de sufrimiento. “El objetivo era crear emoción, ya que es una exposición con mucha carga emocional. Porque además sin emoción no hay aprendizaje. Todo lo que se monta con un sentido escenográfico no se puede explicar desde fuera, ya que una escenografía es para meterse dentro”, destaca su escenógrafa.
La muestra se compone de un vídeo rodado por Lidia Martín Merino y montaje de Bastián Sinsé, con la productora La Jetèe Films, que incluye diferentes entrevistas así como declaraciones de los hijos que nacieron en las cárceles franquistas. Todo ello envuelto en un sonido que se expande por las cinco salas del CLA. Y se suman diversos elementos textiles con bordados, algunos rescatados y otros realizados por Bulgarcita (África Bayón). La escenografía recrea el ambiente de las cárceles a través de estos bordados y puntillas que realizaban las presas para redimir penas.
Eugenia Navajo recuerda que ha recibido de la Escuela de Arte de León, donde es docente, todo el apoyo para participar en este proyecto. “Lo presenté en unas jornadas de puertas abiertas en la Fundación Sierra Pambley, enraizado en la asignatura de museología que impartimos en la Escuela”.
