El poder del vídeo de animación de William Kentridge e Hiraki Sawa… en el ‘TAC en miniatura’

Vista general del público siguiendo los vídeos de animación en el TAC 2020. Fotografía: May Rodríguez Isla.

El sudafricano William Kentridge y el japonés Hiraki Sawa presentaron a los contados espectadores del “TAC en miniatura” de Valladolid las señas de identidad de sus respectivos viajes audiovisuales hasta elevar su lenguaje de lo plástico hasta niveles poco habituales en el mundo artístico. 10 dibujos para una proyección y Sueños domésticos, respectivamente, fueron las cartas de presentación de estos artistas que se mueven entre la crítica social y el discurso poético íntimo. Dos innovadores del panorama artístico internacional.

Por ISAAC MACHO

Nunca antes de esta edición, 60 privilegiados espectadores del TAC pudieron seguir tan cómodamente cada una de las dos sesiones de videomapping que se proyectaron en la fachada del museo Patio Herreriano. Y eso que firmaban los trabajos proyectados sobre una de las portadas de la pinacoteca nada más y nada menos que artistas del prestigio del sudafricano William Kentridge y del japonés Hiraki Sawa. La estrategia que no ideó el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid en sus más de 20 años de historia, lo consiguió el devastador COVID-19 en apenas unos meses de negra publicidad.

Los proyectores de vídeo lanzaron animaciones con unas peculiares músicas y originales efectos, dos formas diferentes de concebir la imagen en movimiento. Sueños domésticos (Domestic Dreams) de Hiraki Sawa y 10 dibujos para una proyección (10 Drawings for Projection) de William Kentridge al servicio del público a través del arte y la tecnología. Dos testimonios artísticos que marcaban el carácter internacional del “TAC en miniatura” en una edición especial retrasada de mayo a agosto.

10 Drawings for Projection es un conjunto de 10 vídeos realizados entre 1989 y 2011 que configuran una única pieza desde la que se descubren las cualidades artísticas y técnicas del universo de este celebrado autor: tanto su forma de trabajar como su reputada secuencia de dibujar, fotografiar y borrar.

Dibujo de Kentridge en «10 Drawings for Projection». Fotografía: Juan A. Berzal.

William Kentridge y la denuncia del apartheid

El artista sudafricano, uno de los autores más reconocidos, sobre todo, en la manera en que desarrolla su actividad plástica, plantea una narración visual centrada en la realidad social de su país: los años de plomo del apartheid. La etapa corresponde al momento más crítico en que la minoría blanca marginaba y segregaba racialmente a la mayoría negra de la República de Sudáfrica.

Identificado por sus dibujos, grabados y películas animadas, realizadas a partir de esos dibujos, la obra de Kentridge (Johannesburgo, 1955) ha sido una denuncia permanente de la brutalidad de las víctimas de aquella situación social y política. Esa sensibilidad le venía impuesta casi por herencia. Sus padres eran abogados especializados en víctimas del apartheid e incluso, su padre llegó a representar en alguna ocasión al líder Nelson Mandela en el Treason Trial (1958-1961). Así se llamó al proceso judicial “por alta traición” en el que fueron acusados más de centenar y medio de personas (la mayoría miembros del Congreso Nacional Africano y del Partico Comunista Sudafricano, entre ellos, Nelson Mandela) de conspiración y alta traición además de intentar derrocar al gobierno por medio de la violencia. Finalmente, los imputados fueron absueltos al no poder probar los jueces que usaran la violencia para derrocar al gobierno sudafricano.

Imagen de William Kentridge para denunciar el apartheid. Fotografía: Juan A. Berzal.

Para tratar de entender la obra de William Kentridge será necesario recorrer mínimamente su formación e inquietudes. Después de licenciarse en Ciencias Políticas y Estudios Africanos, ingresó en Bellas Artes y posteriormente marchó a París para estudiar teatro, una profesión que ejerció como actor, diseñador y director, además de ser miembro fundador de la Junction Avenue Teatre Company. El creador trabajó también en series de televisión y pronto se centró en animaciones partiendo de sus propios dibujos.

Su minuciosa técnica empieza filmando los dibujos, que borra y modifica constantemente en una paleta monocroma en blanco y negro con ligeros retoques en azul o rojo. El artista reconoció alguna vez que algunos de sus bocetos están inspirados en los grabados Desastres de la guerra del pintor español Francisco de Goya, una apreciación ciertamente perceptible.

La lucha del poder minoritario blanco frente a la mayoría negra retratada por Kentridge. Fotografía: Juan A. Berzal.

A partir de la década de los 90, del siglo pasado, Kentridge se muestra un artista multidisciplinar que combina el dibujo con el teatro y el cine, sin perder de vista también la escenografía, el grabado, la escultura, el collage y el videoarte. “Su célebre secuencia de dibujo, fotografía y borrado le ha convertido en uno de los artistas que más lejos ha llevado el concepto de lo plástico”, en opinión de algunos especialistas.

En 2017, el creador sudafricano recibe el premio Princesa de Asturias de las Artes por tratarse de “uno de los artistas más completos e innovadores del panorama internacional, profundamente comprometido con la realidad”. El acta del jurado destacó, asimismo, que sus propuestas “plantean cuestiones esenciales de la condición humana, combinando temas en que predomina la investigación puramente poética y estética con los de contenido sociopolítico». Los miembros del jurado cierran sus argumentos para concederle el galardón indicando que Kentridge “representa la contribución más destacada del continente africano a la creación artística contemporánea con proyección mundial».

Escena de «Domestic Dreams» de Hiraki Sawa en el TAC. Fotografía: May Rodríguez Isla.

Hiraki Sawa y «Domestic Dreams»

La propuesta del artista japonés Hiraki Sawa (Ishikawa, 1977) a los seguidores del “TAC en miniatura” fue Sueños domésticos (Domestic dreams). Varios vídeos del universo mágico e inquietante del autor oriental en los que propone “un discurso más introspectivo y poético, basado en una ensoñación sobre posibles derivas y desplazamientos en el estricto marco de su entorno doméstico”, según adelantan en sus textos los organizadores del festival.

Uno de esos trabajos, de gran aceptación en todos los lugares donde se ha presentado, es Dwelling (Vivienda). Con este vídeo, su figura saltó al primer plano de la escena internacional. El mismo Sawa comentó que la razón por la que realizó esta producción visual fue porque no quería salir de casa. “Quería tomar el aire, pero en mi apartamento. Así que me quedé en casa… tenía un avión de juguete, lo filmé, y luego filmé mi apartamento y lo edité todo en el ordenador».

A esa misma etapa pertenecen muchas de sus ideas sobre los juegos de la niñez y la imaginación que despierta las cosas cotidianas. Y la explicación, para el autor nipón, es que la infancia de una persona únicamente se podrá recuperar a través del arte y los sueños. El creador japonés ha abordado, desde entonces, prácticamente toda su obra alrededor de la globalización “desde una óptica de corte onírico y poderoso lirismo”.

En Senda (Trail), una larga caravana de camellos y elefantes cruza la ruta a ninguna parte. Son imágenes teñidas de misterio y melancolía, una descripción que también puede aplicarse a obras como En otra parte, Recorriendo la sala de estar  y Ocho minutos.

Es, sin duda, su apuesta por la imagen en movimiento, una extensión de la escultura, a la que ha dedicado tantas horas: «Cuando comencé a hacer vídeos, para mí era como hacer objetos, esculturas porque antes me dedicaba a hacer esculturas o instalaciones…, y nunca había intentado hacer un vídeo…, no conocía ninguna técnica específica del vídeo, así que tuve que aprender por mi cuenta,» confesaría el iconoclasta creativo.

Aunque nacido en Japón, este heredero del surrealismo se trasladó a los 18 años a Inglaterra para estudiar bellas artes, especializándose en escultura. A lo largo de su etapa formativa, se interesó por la producción de instalaciones basadas en el tiempo utilizando electrónica, luces y otros múltiples medios. En la Slade School of Fine Art, comenzó a usar vídeo en su trabajo, influenciado por su experiencia en escultura y su obra en audiovisual parece capturar imágenes 2D de espacios y objetos 3D, en lugar de tiempo y secuencia cinematográficos.

Sawa exhibe sus obras en todo el mundo, desde Reino Unido, Japón, Estados Unidos, México, hasta Francia o Alemania. En España ha expuesto sus audiovisuales en el MUSAC de León, la galería Soledad Lorenzo, el Centro de Arte Caja de Burgos (CAB) y en el Museo Universidad de Navarra, entre otros.

 

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