
Con la apertura del 23 Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid (TAC), las aguas han vuelto a su cauce después de dos años amilanados frente al mamporro de la pandemia. Bajado el telón del TAC, este mayo sí lo han disfrutado los espectadores. TAM TAM PRESS ha elegido ocho de los 49 espectáculos que han pasado por los 38 escenarios de la capital pucelana, pero no porque sean los mejores —cada asistente tiene su preferido—, sino simplemente porque nos suenan bien, como la música. / Las fotografías son de JUAN A. BERZAL.
:: Les Girafes
Artes circenses, ópera y teatro de calle al servicio de la poesía y el espectáculo con letras mayúsculas. Les Girafes, viene de Francia, está formado por esbeltas figuras que se mueven pausadamente y animan la plaza Mayor de Valladolid. El público se entusiasma ante este ballet sorprendente cuyos componentes se someten, como buena orquesta, a las órdenes del director de circo y al canto lírico de la diva que les convence con la fuerza de su voz. Sus mentores son Compagnie OFF.

:: La Reina de Metal (In progress)
Vanessa Aibar baila, pero trasciende el flamenco porque tiñe de sonidos metálicos, extraídos del metal y la electrónica, su espectáculo basado en nuevas dramaturgias. Manifestación religiosa donde el rito guarda todas sus esencias en las fronteras invisibles, pero reales. Se asoma a la profundidad del riesgo y muestra todo su imaginario poético cabalgado por rayas, puentes, murallas, líneas. Personal. Asistieron los reyes eméritos: también disfrutaron. Natural.

:: Doppelgänger
Quietud y movimiento. Individual y colectivo. Cine, literatura y arte al servicio del lenguaje coreográfico nada cotidiano. Olatz de Andrés, País Vasco, plantea en esta obra de varias cápsulas la idea del doble y la transformación. Aquí, Doppel-Xake, dos cuerpos absorbidos por el juego del ajedrez se pierden en el tiempo de una partida. Ganar o perder no es la cuestión. Piensa, juega.

:: Benditas
Todavía podemos encontrar pastoras en una pradera verde y escuchar sus particulares “visiones” entre el sonido de sus changarros. Ya Calderón sacaba al escenario a sus personajes en este provocador juego de realidad y ficción, disparates y sensateces, cortos monólogos rurales y sofisticados sueños urbanos. Begoña Martín y Silvia Martín, del Mono habitado, cargadas de humor en su mochila, derrochan verdad, crítica al papel de la mujer en la historia.

:: The beauty of it
Como la vida. ¿La condición humana está envuelta en una máscara o es real todo lo que experimentamos? Realidad y ficción, la gran dicotomía. Ángel Durán nos somete al calor de un horno y, en ese punto de fusión, a punto de pasar del estado sólido al líquido nos hace reflexionar sobre nuestra fragilidad. ¿Qué diferencia hay entre actuar y comportarse tal como somos? Preguntas.

:: Murmullo
Dialogamos, pues. Escuchamos la voz interior que nos habla de los miedos, las inquietudes que tenemos, las vivencias que nos alimentan, los traumas que nos sacuden y no nos dejan dormir. Tal vez encontremos a alguien que comparta la maleta que llevamos a la espalda, qué bien. Así podremos descansar un rato, pero, ojo, solo un tris. No olvides que el equipaje es tuyo. Vinka Delgado y Raúl Gea, de La Víspera, te dejan ese recado por si te interesa…

:: Perceptions
Circo francés donde alternan la danza aérea, el mástil chino, las acrobacias y la música en directo. Fíjate si hay agua que sacar que nos presentan un universo incierto y caótico en el que los acróbatas buscan la estabilidad en una impresionante estructura cuadrangular que, mediante motores, marca el ritmo de estos cinco virtuosos artistas. Un desafío de la compañía Bivouac que fascina y te invita a pensar en otras posibilidades del imaginario cuántico. ¡Agárrate!

:: Alive
No puedes quedarte quieta, mujer. Las cosas no van bien, mójate, rompe y rasga. Tienes que sobreponerte. Piensa, reflexiona y sal de la burbuja en la que sin darte cuenta te han encerrado. Garazi Etxaburu y Paula Montoya, de la compañía vasca La Sala, invitan a dejar atrás la línea establecida y avanzar entre el tupido bosque que no te deja ver la luz. Aprendiste la lección de memoria, pero es hora de desandar el camino y proponer tu propia vereda. ¡Existe!
