
• “Seguimos teniendo el mismo concepto de nuestro trabajo con premio o sin premio”
• “Somos muy tercos, nos gusta hacer las cosas a nuestra manera y que te premien por algo se agradece”
• “No todo tiene que ser para grandes masas, para grandes espacios, al contrario; nuestra obsesión en los últimos años era trabajar en espacios pequeños”
• “Me encanta dirigir pero nada de encargo, tiene que ser algo que yo quiera mostrar”
• “Hay que hacer despertar a la gente, vamos como borregos, nos saturan de noticias, nos bombardean con información”
• “Hemos dado palos de ciego pero nos han servido para estar donde estamos ahora”
Por MAGDALENA ALEJO
Marta Ruiz de Viñaspre es la ganadora del premio a la mejor interpretación femenina 2013 otorgado por la Unión de Actores y Bailarines de Castilla y León. La actriz de la compañía Ghetto 13/26 recibió la distinción por su personaje Alejandra Pizarnik en el espectáculo “Se prohíbe mirar el césped”.
—¿Qué supone el premio a la mejor interpretación femenina otorgado por la Unión de Actores y Bailarines de Castilla y León?
—El cariño que he recibido de la gente. El premio anima y da un empujoncito en estos tiempos de horror y desesperanza.
—¿Ya habías estado nominada por ‘Dogville’ con Rayuela?
—Sí y en esta ocasión no tenía mucha esperanza de ganar, estaba un poco inmunizada. Me hace ilusión porque es un trabajo que votan los compañeros.
—Con este personaje que pertenece al espectáculo ‘Se prohíbe mirar el césped’ de la compañía Ghetto 13/26 ya tuviste un reconocimiento en el TAC de Valladolid en 2013 como mejor espectáculo de la sección Estación Norte. ¿Llueve sobre mojado?
—Sí, me hizo especial ilusión porque son muchos años participando en el festival y era un espectáculo del que no esperaba nada aunque lo haces con todo el amor del mundo. Fue un capricho, me dije: quiero hacer esto aunque se me caiga todo el estaribel encima… Y ya al estrenarlo la reacción del público fue tan sorprendente… Nosotros seguimos haciendo y teniendo el mismo concepto de nuestro trabajo con premio o sin premio.

—¿Cómo llegas al personaje de Flora Alejandra Pizarnik y cómo decides llevar a escena a esta poeta argentina?
—Para mí era una gran desconocida hasta hace 4 años. Mi hermana Nuria es poeta y en alguno de sus libros hay citas sobre esta mujer, La jaula se ha vuelto pájaro, por ejemplo. Me llamaba la atención y compré sus diarios. Desde el primer momento que lo leí pensé que esto había que enseñarlo y comunicarlo de alguna manera a los demás. Era una mujer con un mundo interno y una poesía maravillosa. Me cautivó desde el principio.
—¿Cómo ha sido el proceso de trabajo?
—Pues gozoso y doloroso porque cuando algo te apasiona tanto y sabes que tienes que elegir, no puede ser muy largo ni con demasiada información, hay que seleccionar, leer y elegir con lo que más me conectaba yo, lo que más me impresionaba, lo que más admiraba de esta mujer. Lo único que quería era darla a conocer a ella, esa era mi intención.
—Esta distinción te la conceden por un papel realizado con Ghetto 13/26, tu compañía, ¿te hace especial ilusión?
—Sí, en 2014 cumplimos 20 años dándonos contra las paredes, se ha dicho que somos de minorías. Somos muy tercos, nos gusta hacer las cosas a nuestra manera y que te premien por algo se agradece. Félix Fradejas, el director de la compañía, se ha llevado un reconocimiento a su labor dentro de los premios Moretti de teatro que se entregan en Pedrajas de San Esteban, en la provincia de Valladolid. Estamos muy orgullosos. Poco a poco vamos haciendo nuestro camino y eso es muy importante.
—¿Cómo han sido estos veinte años?
—Hemos dado palos de ciego, pero nos han servido para estar donde estamos ahora, no se puede ir sobre seguro en la vida porque cada uno ha de encontrar su camino. Tenemos derecho a equivocarnos, es realmente de donde se aprende, de las equivocaciones. Hay que estar muy orgullosa de los errores…
—Ghetto 13/26 no solo se enfrenta a propuestas alternativas, hay un componente de denuncia social. ¿El teatro tiene que servir para mostrar esas realidades, para reflexionar?
—Sin ninguna duda tiene que ser reflejo de la sociedad y de lo que llevamos dentro de nosotros. Hay que hacer despertar a la gente, vamos como borregos, nos saturan de noticias, nos bombardean con información. Hay que saber desgranar y llegar a donde queremos llegar. El eterno debate del teatro de entretenimiento… lo respeto y está muy bien para pasar un rato agradable y olvidarte del mundo, pero nosotros hemos elegido este camino porque lo necesitamos hacer.

—¿Os sentís solos en la Comunidad por la forma que tenéis de entender el teatro?
—Nos sentimos solos pero con un grupo de gente maravilloso que siempre ha estado ahí. Tienes tu parcela de público, son incondicionales y es una grata sensación. No todo tiene que ser para grandes masas, para grandes espacios, al contrario; nuestra obsesión en los últimos años era trabajar en espacios pequeños. De hecho nos han surgido bolos en sitios que hemos dicho que no, porque no lo veíamos. Locos de nosotros con los tiempos que corren.
—¿Rechazar un bolo…?
—Es que lo contrario sería traicionar el germen del trabajo.
—¿Se valora a los actores de Castilla y León?
—Yo creo que no se valora y menos ahora que cada uno está a salvarse. En primer lugar, hay un gran desconocimiento de la profesión, nadie sabe nuestras condiciones de trabajo. Y luego, se tiene mucho en cuenta si sales en televisión, en prensa o haces una película. Entonces…
—También has dirigido espectáculos, ¿te atrae más o menos que la interpretación?
—Me encanta dirigir pero nada de encargo, tiene que ser algo que yo quiera mostrar, que parta de mí. Lo paso peor dirigiendo, me agobio más.
—Sois tres hermanas y todas artistas, ¿tenéis antepasados artísticos en la familia?
—No hay ningún antecedente, viene de la nada… aunque siempre hemos tenido inquietudes de este tipo. El espectáculo ‘Tablas de carnicero’ estaba basado sobre textos de mi hermana Nuria, por ejemplo.
—¿Te sientes más comprendida al tener cerca gente que se dedica al arte?
—Desde luego, nadie como mi hermana entiende el día del estreno del espectáculo, donde estaba aterrada sin saber si eso que íbamos a mostrar le iba a interesar a alguien. Nadie como ellas para entender esa inquietud.
