PATIOS (5) / Crónica / Por esto la música es arte

Patio 5. © Fotografía: Rafa Murciego.
Patio 5. © Fotografía: Rafa Murciego.

Crónica del quinto encuentro del proyecto “PATIOS”, organizado por el colectivo Producciones Infames (Pi), y celebrado el viernes  21 de agosto. El patio del bar Oriente Medio, en el Barrio Húmedo leonés, acogió un concierto del bluesman inglés Indigo Janes con el bluesman leonés Marcos Cachaldora como artista invitado, a propuesta de la plataforma Espacio Performativo.

Por GENZO P

Cuando uno se pregunta qué es una «producción infame» ha de saber que es la realización de un evento artístico puro, al margen del sistema, de cualquier industria, de cualquier preocupación y sin ningún tipo de interés salvo el de desarrollar el arte en su estado más puro.

La música está dentro de lo que llamamos arte, porque el arte es aquello que nos revuelve el alma, nos hace alcanzar estados de éxtasis únicos, nos emociona y vapulea siendo insignificantes ante la magia y nos hace formar parte de la potencia de la energía del universo desconocido.

Cuando un artista realiza eso que llamamos canción por necesidad, porque su mente necesita hacerlo para mantener su cordura, es cuando la música deja de ser frecuencias de ondas continuadas con un orden y pasa a ser arte, manipulando las energías que lo rodean sin miramientos; la física solo ocurre dentro de la perfección de la naturaleza y ahí esta el arte.

Indigo Janes es ese artista capaz de abstraerte, de romper tu mente y llegar a lugares insospechados.

Keith Sprason “Indigo Janes” es un artista infame, un artista espacio performativo y un artista que da sentido a Cubo radio, porque es la perfección de la expresión artística y del alma humana, desechando cualquier interés banal. Él se ha negado a lo largo de su vida a cualquier tipo de compromiso; nada de grabaciones, de contratos, de giras, de compromisos de discos y discográficas. Él vive y la música es él mismo, su alma y su energía, haciendo del arte lo más puro.

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Estamos en un patio del bar Oriente Medio, un bar del Húmedo con historia; incontables personas han pasado por allí y han vivido momentos únicos. Su dueño fundador «Pepe, Pepín», que en paz descanse, siempre se preocupó de atender a todo el mundo, daba igual el dinero que tuvieras en el bolsillo, de allí no te dejaba ir sin beber y sin disfrutar de un buen momento.

El nuevo gerente de este bar mítico es de idéntico espíritu y sin duda alguna cedió su maravilloso patio, pequeño refugio al margen de la ciudad, para que Pi llevara a este mágico artista y al público asistente al otro lado del arte, el que el dinero y los intereses no pueden comprar.

Siete de la tarde: se ruega el más escrupuloso de los silencios, el chamán Indigo ya tiene una guitarra en la mano y a su lado al artista y amigo de idéntico calibre, Marcos Cachaldora.

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Marcos trajo su guitarra, la que con Delta Galgos recorre escenarios, haciendo conciertos de los que no se olvidan fácilmente, pero hoy coge la armónica y con emocionante respeto hacia la figura del maestro Indigo Janes, le cede su guitarra para dar comienzo a una velada que nos quedará en el recuerdo de forma incorruptible.

De manera amable María, la que quizás sea la blueswoman más potente de la ciudad, desea tocar una canción con los protagonistas, pero ha de ser ya, pues tiene que irse a trabajar y con extrema amabilidad los tres comienzan el concierto, con el patio repleto de gente y en el más absolutos de los silencios.

María, tras finalizar su intervención, abandona el patio entre los aplausos y el agradecimiento de Indigo y Marcos, que continúan con el concierto.

Una canción tras otras, con un juego de dinámicas y silencios únicos de la mano de dos maestros; entre ellos empieza a fluir la energía que les llevará al éxtasis, arrastrando a todo el público con ellos.

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Llegando a las dos horas de concierto, el público solo interrumpe el silencio solicitado con aplausos y gritos de emoción, debidos al extremo arte derrochado por ambos artistas, conjugando clásicos con improvisaciones imposibles, virtuosismos solo al alcance de unos pocos.

La palabra clave es la sensibilidad con la que se desarrollan las diferentes canciones y temas del concierto.

Todos los asistentes se preguntaban unos a otros buscando saber de dónde había salido Indigo Janes, por qué estaba en un humilde patio de un bar y no llenando estadios y pabellones con gente enloquecida, porque su nombre no ha sido desgastado por incontables medios de comunicación.

¿Qué hace aquí este increíble artista?

La respuesta a todas esas preguntas es simple: él no ha querido todo eso, él solo ha vivido la música como una forma de vivir; en este mundo lleno de cosas indeseables, él ha recorrido medio planeta con una guitarra y su voz, sin pedir nada a cambio más que la atención del oyente, que se deje llevar por la magia del arte, dejando a un lado el resto de cosas para vivir en un anonimato que parece imposible.

Ya pasadas las dos horas de concierto, músicos de la ciudad solicitan tocar algo con él en ese improvisado escenario, que sin querer se había convertido en el más grande de los escenarios de la ciudad en este viernes de agosto.

Tras un rato más y debido a que el alcohol lleva a su cuerpo a necesitar descanso, Keith abandona el Oriente Medio, agradeciendo el cariño a un público entregado.

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A Marcos Cachaldora, gran amigo, le vi emocionado y con ganas de no parar de tocar esa noche a pesar de que durante dos horas había realizado un concierto increíble y de un nivel supino, al alcance de muy pocos.

Carlos Ordás, el gran cerebro de la productora Pi, que roza lo imposible y realiza eventos artísticos de un calibre que hace cada día mas grande y mágica a la ciudad de León, se pone a tocar con el resto de músicos allí presentes entrando con un pie firme en la madrugada, y haciendo que la noche fuera muy larga.

Todos sabemos que León es cuna de artistas, de muchos y variados artistas, casi de cualquier disciplina. Indigo Janes, en medio del concierto, dedicó unas palabras a la ciudad como si de una bendición se tratara:

“León es una ciudad especial, no os penséis que todas las ciudades son así, muy pocas ciudades existen como León, ciudad en la que en cualquier esquina hay músicos tocando, donde en cualquier rincón se reúne gente buena para hacer gran música”.

El amor de Indigo a la ciudad de León es incuestionable, muchas son las ocasiones en las que la ha visitado y esperemos que sean muchas más.

Ante artistas como Keith Sprason y Marcos Cachaldora y agitadores artísticos como Producciones infames, solo queda como humilde espectador daros las gracias por existir y hacer del arte algo único e irrepetible.

PATIOS (5). 21 de agosto.
PATIOS (5). 21 de agosto.

Información relacionada:

  • Todos los PATIOS en TAM TAM PRESS (medio de comunicación oficial del proyecto “PATIOS”)

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